Lectura estimada: 9 minutos ·
SÍNTESIS INICIAL
En 2 minutos. Europa ha construido un sistema de silencio industrializado mientras Israel viola el alto el fuego en Gaza. Este texto documenta 393 a 497 violaciones registradas desde octubre de 2025, la muerte de al menos 339 civiles palestinos y el blackout mediático coordinado entre Francia, Alemania y Reino Unido. Explica cómo la censura académica, la complicidad diplomática y los traslados forzados de población configuran una arquitectura de impunidad que los gobiernos europeos administran sin mancharse las manos. Si solo puedes leer esto, quédate con esto; Europa no mata, subcontrata. No miente, omite. No censura oficialmente, “protege la serenidad del debate”.
Los europeos han perfeccionado el arte de mirar hacia otro lado. La maquinaria funciona con precisión burocrática, sin necesidad de órdenes explícitas ni memorandos comprometedores. Basta con establecer las reglas del juego informativo, definir qué voces merecen amplificación y cuáles deben ser silenciadas, para que el sistema se autorregule con la eficiencia de un algoritmo bien calibrado. Nadie da instrucciones porque nadie necesita darlas.
El alto el fuego fantasma
El acuerdo de alto el fuego que entró en vigor el 10 de octubre de 2025 debía marcar el fin de la fase más letal del conflicto. Cincuenta días después, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y múltiples organizaciones de monitoreo han documentado entre 393 y 497 violaciones israelíes del acuerdo. Las cifras varían según la metodología de conteo, pero la tendencia resulta inequívoca. Al menos 339 civiles palestinos han muerto desde la entrada en vigor del cese de hostilidades, incluyendo más de 70 niños. Los heridos superan las 871 personas. La noche del 28 de octubre registró el episodio más mortífero, con 104 palestinos fallecidos en un único ataque aéreo sobre un edificio residencial.
DATO CLAVE:
El monitoreo revela 113 tiroteos contra civiles, 174 bombardeos, 85 demoliciones de viviendas y 17 incursiones terrestres más allá de la línea amarilla acordada. Israel mantiene control militar sobre el 58% del territorio gazatí, con 40 posiciones activas en zonas donde debería haberse retirado según los términos del acuerdo.
La ayuda humanitaria ingresa con cuentagotas. Desde octubre, 3.451 camiones han cruzado hacia Gaza, una cifra muy inferior al mínimo vital establecido por las agencias de Naciones Unidas. Los inspectores han reportado que gran parte de la carga consiste en productos de bajo valor nutricional, snacks y bebidas azucaradas que no responden a las necesidades alimentarias de una población sometida a escasez prolongada. El bloqueo continúa; simplemente ha adoptado formas más sutiles, más difíciles de fotografiar, más compatibles con la retórica del “proceso de paz”. La burocracia humanitaria sigue funcionando, los camiones siguen cruzando, y la gente sigue muriendo de hambre a un ritmo administrativamente aceptable.
Europa del silencio
La cobertura mediática europea del alto el fuego violado constituye un caso de estudio sobre la fabricación del consenso. En Francia, un análisis exhaustivo de 56 emisiones de telediarios entre el 17 de octubre y el 6 de noviembre de 2025 reveló menos de tres minutos totales dedicados a las violaciones israelíes. France 2, el canal público de referencia, dedicó exactamente cero segundos al tema durante ese período. La información existe; simplemente no se transmite. Los editores no necesitan recibir instrucciones; han interiorizado las reglas del juego hasta el punto de aplicarlas automáticamente, con la naturalidad de quien respira.
DATO CLAVE:
Un estudio de Jacobin sobre 4.853 artículos de medios alemanes encontró que el 43,3% de los titulares citaban fuentes oficiales israelíes, frente a apenas un 5% de fuentes palestinas. El término “bárbaro” se aplicó a ataques contra Israel en el 90,7% de los casos; nunca se utilizó para describir ataques sobre Gaza.
Alemania ha llevado la gestión informativa a niveles sin precedentes en una democracia occidental. La televisión pública ZDF enfrenta acusaciones documentadas de sesgo, con empleados presionados para eliminar publicaciones personales que citaban a la Relatora Especial de Naciones Unidas, Francesca Albanese. Una presentadora del canal apareció en pantalla luciendo un collar con el mapa de “Gran Israel” sin consecuencia disciplinaria alguna. El embajador israelí Ron Prosor ha contactado directamente a directivos de ZDF exigiendo modificaciones en la cobertura. Un estudio de la Universidad Libre de Berlín encontró que el 80% de los investigadores especializados en Medio Oriente practican la autocensura por temor a represalias profesionales. La resolución sobre antisemitismo aprobada por el Bundestag en noviembre de 2024 ha creado un marco legal que criminaliza el movimiento BDS y amenaza con recortes de financiación a instituciones culturales que cuestionen la política israelí. El sistema funciona; eso es lo único que importa.
En Reino Unido, la BBC atraviesa una guerra civil interna. Más de cien empleados firmaron una carta acusando al medio de sesgo proisraelí. Los datos respaldan la denuncia, con las muertes israelíes recibiendo 33 veces más cobertura que las palestinas. De los más de 200 periodistas palestinos asesinados desde octubre de 2023, apenas el 6% fueron mencionados por la BBC, contrastando con el 60% de cobertura que recibieron los periodistas ucranianos fallecidos. En noviembre de 2025, el director general Tim Davie y la directora de noticias Deborah Turness presentaron su renuncia tras la filtración de memorandos internos. La paradoja resulta reveladora; grupos proisraelíes acusan a la BBC de sesgo antiisraelí mientras el personal denuncia exactamente lo contrario. Ambos bandos tienen razón a su manera; la institución simplemente ha dejado de funcionar como medio informativo.
La censura académica transeuropea
El 9 de noviembre de 2025, el Collège de France canceló un coloquio titulado “Palestina y Europa: peso del pasado y dinámicas contemporáneas”, programado para los días 13 y 14 de noviembre. El evento, organizado por el profesor Henry Laurens, titular de la cátedra de Historia del Mundo Árabe, incluía entre sus ponentes al exprimer ministro Dominique de Villepin, a la Relatora Especial Francesca Albanese y al Alto Representante de la Unión Europea Josep Borrell. La cancelación se produjo tras un artículo en Le Point y presiones del ministro de Enseñanza Superior Philippe Baptiste. Más de 300 académicos firmaron una petición. Nadie dimitió.
«Asistimos a una cancel culture administrativa que no se atreve a decir su nombre. Se invoca la serenidad del debate para impedir que el debate exista.»
– François Héran –, profesor del Collège de France, noviembre de 2025
El coloquio finalmente se celebró en las instalaciones de CAREP París, con transmisión en línea. El tribunal administrativo rechazó un recurso de urgencia argumentando que el evento podía realizarse en otro lugar, una lógica que consagra el principio de que las instituciones públicas pueden externalizar el debate incómodo hacia espacios privados sin que ello constituya censura formal. La mecánica resulta elegante en su perversidad; nadie prohíbe nada, simplemente se retiran los espacios institucionales hasta que solo queden los márgenes.
Alemania ha ido más lejos. El medio progresista Red.media fue clausurado en mayo de 2025 tras sanciones europeas vinculadas a su cobertura de Palestina. Las universidades alemanas han establecido protocolos no escritos que desaconsejan invitar a académicos críticos con Israel. La autocensura se ha convertido en la norma, no por coacción directa sino por la acumulación de señales que indican qué posiciones resultan profesionalmente costosas. El sistema no necesita censores; produce sujetos que se censuran a sí mismos, y lo hacen con entusiasmo, convencidos de estar protegiendo valores superiores.
Diplomacia de la complicidad
El 17 de noviembre de 2025, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó la Resolución 2803 con trece votos a favor y dos abstenciones de Rusia y China. Francia votó junto a Estados Unidos, respaldando el “Plan Integral” de la administración Trump y la creación de una “Junta de Paz” para la administración transitoria de Gaza. El texto autoriza una Fuerza Internacional de Estabilización para la desmilitarización del territorio, pero emplea un lenguaje deliberadamente vago sobre el estatuto palestino, refiriéndose a un “camino creíble” sujeto a condiciones no especificadas. La propuesta rusa, que exigía el reconocimiento explícito de un Estado palestino y la autoridad de Naciones Unidas sobre Gaza, fue rechazada. Europa eligió el bando que siempre elige.
El mismo día de la votación, el ministro israelí de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir amenazó públicamente con arrestar a Mahmoud Abbas y asesinar a funcionarios de la Autoridad Palestina si Naciones Unidas reconocía un Estado palestino. Netanyahu reafirmó su oposición a cualquier forma de soberanía palestina sobre cualquier porción del territorio. Los comunicados europeos brillaron por su ausencia.
Mientras tanto, un sistema de traslados forzados opera con eficiencia discreta. El 13 de noviembre, 153 palestinos aterrizaron en Johannesburgo tras un vuelo organizado por Al-Majd Europe, una entidad dirigida por el ciudadano israelí-estonio Tomer Janar Lind en coordinación con el “Bureau de Emigración Voluntaria” del Ministerio de Defensa israelí, creado a principios de 2025. Los pasajeros pagaron entre 1.400 y 2.000 dólares por persona sin conocer su destino final. Sus pasaportes carecían de sellos de salida. Un vuelo previo el 28 de octubre trasladó a 176 personas en circunstancias similares. Investigaciones de Haaretz estiman que 40.000 palestinos han abandonado Gaza desde octubre de 2023 a través de estos canales. El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa declaró que los pasajeros “parecen haber sido expulsados”. Europa, que financia programas de “retorno voluntario” en otros contextos, no ha emitido comunicado alguno. El silencio, en este caso, funciona como política.
Conclusión
El silencio europeo sobre Gaza no constituye una omisión sino una política. La arquitectura de la impunidad funciona mediante la división del trabajo; Israel ejecuta, Europa legitima, los medios omiten, las universidades callan. Cada actor puede alegar inocencia individual mientras el sistema produce resultados que ninguno admitiría perseguir explícitamente. La resolución 2803 consagra esta lógica, subordinando los derechos palestinos a un “proceso” diseñado para no concluir jamás. Los datos se acumulan, las violaciones se documentan, los muertos se cuentan. Y el sistema sigue funcionando exactamente como fue diseñado…
G.S.
Fuentes
- Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, informes de monitoreo octubre-noviembre 2025
- Al Jazeera, cobertura violaciones alto el fuego Gaza, noviembre 2025
- Politis, análisis cobertura mediática francesa Gaza, noviembre 2025
- Jacobin, estudio sesgo medios alemanes cobertura Israel-Palestina, 2025
- Haaretz, investigación traslados forzados población palestina, noviembre 2025
- Le Monde, cancelación coloquio Collège de France, noviembre 2025
- The Guardian, dimisiones directivos BBC y conflicto interno, noviembre 2025
- Resolución 2803 Consejo de Seguridad ONU, 17 noviembre 2025
- Free University Berlin, estudio autocensura académica Medio Oriente, 2025


Deja un comentario